En el pasado esta causalidad se buscaba en la religión. Ahora es más fácil encontrar alusiones a la ciencia. El último ejemplo lo tenéis en la siguiente noticia aparecida en prensa escrita ('Conducir mal es genético'). Apelar a la genética para explicar complejidades (en este caso la ocurrencia de accidentes de tráfico) no deja de ser socorrido.
Seguro que hay quién se reconforta pensando que los accidentes son debido a los genes. Ojear algunos de los comentarios de los lectores.
No dejo de pensar en aquella cita de Hawkings: 'El peor enemigo del conocimiento no es la ignorancia sino la ilusión de conocimiento'.